A medida que el último sol de diciembre se pone, la expectación se suma al frío del invierno en la vibrante Puerta del Sol de Madrid. Aquí, una tradición centenaria reúne a toda España: las campanadas que anuncian el Año Nuevo. Cada nochevieja, familias, amigos y visitantes de todos los rincones se agolpan en esta icónica plaza para recibir las doce campanadas que, como un latido colectivo, darán paso al nuevo año.

Con uvas en mano, o alguna golosina, cumplen el ritual de comerse una por cada campanada, invocando la suerte para los meses venideros. La alegre multitud, bajo el resplandeciente árbol de Navidad decorado con luces azules y los edificios iluminados, se convierte en un mar de esperanzas y deseos. Es un instante mágico donde el reloj de la Real Casa de Correos se convierte en el protagonista y las risas y abrazos se entrelazan con los fuegos artificiales que iluminan el cielo madrileño. La Puerta del Sol es más que un punto de encuentro, es el corazón donde late el espíritu festivo y unificador de toda España al son de la esperanza de año nuevo.