Situada en la impoluta extensión del Parque Regional de Biržai, en Lituania, la Torre de Observación de Kirkilai es un ejemplo del encanto y la creatividad de la arquitectura moderna. Se eleva casi 45 metros por encima de los exuberantes paisajes y ofrece un mirador incomparable para contemplar la belleza de los lagos kársticos de Kirkilai. Esta maravilla natural se forma por la disolución de rocas solubles en agua, como el yeso y la caliza. Con el tiempo, la erosión gradual y el colapso de las cuevas en estas rocas crearon depresiones llenas de agua cristalina, dando lugar a estas fascinantes y únicas masas de agua. Los lagos interconectados reflejan la vegetación circundante, creando un paraíso paisajístico para los amantes de la naturaleza.

En España, no obstante, nos maravillamos ante los impresionantes relieves kársticos que destacan por su intrincada complejidad y asombrosa belleza, como el caso del Torcal de Antequera, ubicado en la provincia de Málaga, el cual ha sido declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.