A orillas de la bahía de Hudson, la ciudad canadiense de Churchill, en Manitoba, es un lugar bastante alejado, pero las vistas estacionales que aguardan merecen la pena el viaje. Desde ballenas beluga y auroras boreales hasta el naufragio del buque “SS Ithaka”, las sorpresas que encontrarás aquí no tienen fin. Además, es el punto neurálgico de los osos polares, lo que le ha valido el título de "capital mundial del oso polar". De octubre a noviembre, estos gigantes blancos pasean por aquí esperando a que se forme el hielo marino y así salir a cazar focas. ¿Tienes miedo? Los turistas pueden ver a los osos polares sin peligro desde la comodidad de vehículos adaptados. También se dispone de una "cárcel de osos polares" para controlar las interacciones entre osos y humanos. ¿Estás preparado para una aventura salvaje que te dará escalofríos, pero en el buen sentido?