Grulla de coronilla roja saludando a su pareja en Hokkaido, Japón (© Steve Bloom Images/Alamy)
El amor está en el aire con la llegada de San Valentín. Esta festividad se asocia a menudo con diversos símbolos románticos, como Cupido, o Romeo y Julieta, los famosos amantes enamorados de William Shakespeare. También se pueden encontrar símbolos del amor en la naturaleza, como las grullas de corona roja, que hoy se ven en las marismas de juncos y los lagos helados de la isla japonesa de Hokkaido. Estas gráciles aves bailan cautivadoras danzas de apareamiento para fortalecer su vínculo de por vida, y simbolizan la buena fortuna, la longevidad y la fidelidad en la cultura japonesa. Estas gentiles criaturas inspiraron incluso una artesanía tradicional de papel, la grulla de origami; según la leyenda, doblar mil grullas puede conceder deseos.
A miles de kilómetros de allí, aquí en España, el amor se celebra con rosas, chocolates y versos que bien podrían compaginar con la armonía de estas aves. Curiosamente, aquí, la fidelidad y la constancia tienen su réplica en la naturaleza, a través de la cigüeña blanca, ave que regresa cada año a su mismo nido, reencontrándose con su misma pareja, en un firme lazo que recuerda al de las grullas japonesas.