Tortugas gigantes del Volcán Alcedo, Isla Isabela, Galápagos, Ecuador (© Tui De Roy/Minden Pictures)
En 1835, el naturalista británico Charles Darwin exploró las islas volcánicas Galápagos, en el Pacífico oriental. Mientras estudiaba las criaturas de las islas, llegó a la conclusión de que una gran variedad de especies animales procedentes de Sudamérica, principalmente reptiles y aves capaces de atravesar la vasta extensión de agua, habían emigrado a las Galápagos y se habían adaptado gradualmente a su entorno. Estas observaciones acabaron sentando las bases de la teoría de la evolución por selección natural de Darwin. Una de las especies examinadas en el estudio fue la tortuga gigante de las Galápagos, una tortuga que sólo se encuentra en las Islas Galápagos y que puede llegar a medir 1,5 metros. De hecho, las islas llevan el nombre de estas magníficas criaturas, "galápago" significa tortuga en español. Hoy, Día Internacional de Darwin, celebremos a estos gentiles gigantes, que contribuyeron a uno de los grandes descubrimientos científicos del siglo XIX.