Amanecer de invierno, Faro Walton, Santa Cruz, California, EE.UU. (© Jeff Lewis/Tandem Stills + Motion)
Al amanecer, cuando la costa californiana se baña en tonos dorados y rosados, el Faro de Walton emerge como un centinela moderno. Desde el 2002, este guardián de 12 metros de altura vigila las aguas de Santa Cruz, en Estados Unidos, con un trasfondo digno de novela: es un tributo conmovedor de Charles Walton a su hermano Derek, marinero mercante fallecido en combate.
Similar en espíritu y utilidad es el Faro de Trafalgar, en Cádiz, España, otro gigante pétreo que, desde el siglo XIX, contempla el amanecer desde la otra orilla del Atlántico. A ambos les une el ser más que meros puntos en un mapa; son narradores de historias, custodios de mares y testigos fieles de la humanidad que pasa ante su atenta mirada.