Los cementerios no suelen ser el primer lugar que la gente se plantea visitar, pero el de Bonaventure, en Savannah, Georgia, desafía las expectativas. La ciudad es considerada a menudo como la más embrujada de Estados Unidos. El lugar, un cementerio desde 1846, se alza sobre un acantilado con vistas al río Wilmington. Sus robles, cubiertos de musgo español, se ciernen sobre paseos, monumentos y elaboradas bóvedas funerarias. Su estatua de tamaño real, tallada en mármol, vigila a los visitantes con una inquietante calma.

Pese al aspecto tenebroso de este cementerio, en España contamos con algunos algo más encantadores, como es el caso del Cementerio de Ballena en Castro Urdiales, Cantabria. Este cementerio cuenta con un ecléctico paisaje hacia el mar Cantábrico y una impresionante arquitectura, siendo nombrado en 1994 bien de interés cultural.